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La semana pasada nos quedamos sin gas en mi casa. Por que nadie estaba cuando pasó el camioncito surtidor. Entonces, tuve que ingeniármelas para calentar agua para bañarme un martes en el que tenía que ir a trabajar y tras ése proceso creativo, llegué a la conclusión de que calentar el agua en una cefetera sería una buena idea. Y lo fué.

Conecté la cafetera, le puse agua a la jarra la cual tiene capacidad para 4 tazas, después la vertí "el módulo calentador de agua", y en 30 segundos comenzó a caer el agua en la jarra de nuevo. El paso 2 consistió en buscar un recipiente más grande (cubo, cubeta) para recaudar toda el agua caliente que fuera posible. Seguí llenando la cafetera hasta que supuse que ya era cantidad suficicente como para que al mezclarla con agua fría quedara a una temperatura media... ni fria, ni caliente... y así pudiera bañarme sin contratiempos.

Lecciones Aprendidas.
1. Entendí por qué los perros tiemblan cuando los bañan... por que el hecho de no usar la regadera sino un pequeño chorrito de agua hace que te dé más frío! Bañarse así es más rápido que usar la regadera... pero es más cruel ante el inclemente frío matutino. Temblé como cachorro.

2.La proporción utilizada para mi baño fue de 16 tazas de agua caliente por 8 de agua fría. Lo cual hace un total de 24 tazas.

3. Es muy difícil tener todo el cuerpo enjabonado e intentar enjuagarte sin que la espuma del jabón caiga en la cubeta para que no contamine el resto del agua!

4. Pasar un tiempo non grato cuando te bañas hace que todo el día estés iracundo y refunfuñando.

5. Alabemos a las regaderas, a las tinas y a esas coquetas puertas que dividen el mundo real de ese pequeño espacio vaporoso de relajamiento.