Estás vacía.Tus desórdenes son simple conjunto de abandono.Nimiedades, te has acostumbrado a la megalomanía. El sonido del viento pasa tus huecos desgastados.Tu pulso es débil, casi no te mueves por que te estás hundiendo.Los inquilinos de tu alma se han marchado, ellos, nosotros, quienes te abusamos día a día.Te olvidamos, te abandonamos, te exigimos y te engañamos.Pero sigues ahí, aquí, allá, en donde. Casi sin respirar por el cáncer en tus pulmones.Te poseeré celosamente, sólo mía por un tiempoSeré egoísta y sólo pensaré en mi satisfacción.Te caminaré, tocaré, oleré y memorizaré. Y tú, tan optimista y recatada callarás. Sabes que volverán, todos, al terminar los dias libres.A mi cuidad en época de vacuidad popular